Publicidad sin límites: Cómo el CGI convierte las ideas imposibles en realidades inolvidables
- Crac Medios
- 16 mar 2024
- 2 Min. de lectura
En un mundo donde la atención se disputa segundo a segundo, la publicidad necesita más que creatividad: necesita asombro. Y en ese terreno, el CGI (Computer Generated Imagery) ha emergido como el aliado perfecto para las marcas que no solo quieren contar historias, sino crear universos que desafían la lógica y despiertan emociones.

CGI en publicidad: la revolución visual que está redefiniendo las reglas del juego
La imagen generada por computadora, o CGI, dejó de ser exclusiva de Hollywood para volverse protagonista de las campañas más disruptivas del mercado. En un entorno publicitario donde la innovación es clave para destacar, esta herramienta se ha convertido en una ventaja competitiva para marcas audaces que buscan sorprender, emocionar y conectar a través de lo visual.
Como lo afirma Manuel Malempré, Lead de Innovación de Publicis Groupe:
“El CGI ha dejado de ser solo un recurso técnico; ahora es una forma de arte comercial que impacta, fideliza y transforma la narrativa de las marcas.”
CGI: El puente entre imaginación y ejecución en campañas publicitarias
Desde zapatillas flotando en paisajes imposibles hasta instalaciones urbanas que existen solo en la mente del creativo, el CGI ha ampliado los horizontes de lo que es posible contar.
Creatividad sin restricciones: Permite mostrar lo que no existe aún o lo que no puede producirse físicamente.
Narrativas emocionales más poderosas: Su realismo y estética logran que el espectador se involucre emocionalmente, incluso en campañas breves.
Ahorro y eficiencia: Reduce costos de producción, locaciones, logística y riesgos, con resultados igual o más impactantes.

¿Por qué el CGI conecta emocionalmente con los consumidores?
En la era digital, no basta con anunciar. Hay que emocionar, inspirar y provocar interacción. El CGI lo hace posible creando piezas inmersivas que:
Integran la realidad con la fantasía de forma creíble.
Generan engagement en redes sociales por su espectacularidad.
Fortalecen la identidad visual de la marca al posicionarla como disruptiva y vanguardista.
Casos como la campaña de la #HamacaGigante de Corona, desarrollada íntegramente con CGI, son claros ejemplos: millones de visualizaciones, cientos de comentarios preguntando si “es real” y una conversación viral que hizo de una imagen, una experiencia compartida.

El reto: usar CGI con intención estratégica, no como espectáculo vacío
El poder del CGI es enorme, pero también lo es su riesgo si se usa sin propósito. El público actual valora la creatividad, pero también la autenticidad y coherencia de la marca.
Una buena pieza de CGI es aquella que se integra orgánicamente al concepto.
Debe cuidar al detalle la iluminación, el movimiento, el “tracking” y las texturas para lograr el impacto deseado.
Su uso debe estar justificado por la narrativa y no ser una exageración visual gratuita.
Por: Valeria Paredes Tafur

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